Berinche Tantrum

Antes de ser papá no me imaginaba lo delicado, difícil y a veces muy cansado que es el arte de ponerles límites a los hijos. Todo mundo te dice que a los niños hay que ponerles límites pero esto es mucho más fácil decirlo que ponerlo a la práctica. Ah que fácil parece cuando uno ve las cosas de afuera, pero el día que nos llega nuestro paquetito de amor (nuestro nuevo hijo) las cosas cambian radicalmente.

Te empiezas a enfrentar a miles de retos que nunca imaginaste, problemas que sabias porque oíste a tus hermanos y/o amigos que ya son papás mencionar y otras cosas que nunca nadie te dijo. Y pues ahora que te toca a ti y muchas veces no sabemos ni por donde empezar.

Yo empezaría por aclarar que los niños necesitan límites para sentir seguridad y contención de sus padres. Son los padres los encargados de poner estos límites, en la escuela quizá les puedan ayudar un poco los maestros, o tal vez cuando están encargados con abuelitos, tíos, etc. ellos puedan ayudar. Pero en general la persona a cargo de la crianza de los niños son el papá y la mamá y esta, en mi opinión, es la tarea más importante que tenemos con nuestros hijos. 

Poner límites empieza desde muy temprana edad, un buen ejemplo es cuando nos dedicamos a enseñar a dormir. Desde muy temprana edad nuestros hijos van a buscar probar nuestros límites y uno de los primeros retos que vamos a enfrentar es cuando les toca aprender a dormirse solos.

El ser humano busca el placer por naturaleza, y los límites por como enseñarles que ya es hora de dormir son una de las primeras cosas que limitan ese placer. Por eso lloran, porque no quieren esforzarse en relajarse hasta quedar dormidos, mejor que papá y mamá los arrullen en sus brazos hasta que se duerman sin hacer ningún esfuerzo. Puedes checar más de este tema en el artículo que escribí sobre enseñar a dormir.

Algunos puntos importantes para fijar límites son:

Los niños se van a resistir a los límites

Es lo normal que a los niños no les va a gustar que les impongan reglas y límites y se van a rebelar contra los papas con berrinches, llantos, etc. Hay que entender que como la figura de autoridad en sus vidas nuestra labor es soportar su resistencia e imponer las reglas que les fijamos hasta que sean entendidas y llevadas a cabo. No porque están llorando debemos perder la paciencia y dejarlos hacer lo que quieran. Esta es una lucha de poderes y la autoridad, en este caso los padres debe imponer las reglas. 

En los primero años Papa y Mamá mandan

Cuando los niños son chiquitos, es decir antes de la adolescencia es el momento más importante en que los padres debemos hacer respetar las reglas de la casa, es nuestro derecho pero también es nuestra obligación. No es el momento de empezar a negociar, discutir ó anular las reglas que queremos para nuestros hijos. 

Empezar con reglas sencillas y claras

Cuando un niño es chico no le podemos pedir el mismo nivel de autocontrol que a un adulto, pero si podemos empezar por cosas sencillas y básicas como respetar la hora de irse a dormir, bañarse todos los días, ir a la escuela, respetar a sus hermanos, decir por favor y gracias, etc. La educación empieza por cosas chiquitas que se van llevando a la práctica hasta que se dominan y precisamente los límites son la herramienta que nos permite ir logrando estos avances hacia niveles de educación mas elevados. 

Las reglas deben incluir también las variaciones que pueden surgir

Cuando ponemos una regla también es buena idea incluir la variaciones que va a tener en algunas situaciones. Por ejemplo la hora de dormir en casa siempre es la misma, pero en fines de semana y época de vacaciones se recorre una hora. Así estamos diciendo que la regla se cumple siempre y tiene algunas variaciones en distintas situaciones. 

Organizar el día a día

Lo más fácil es tener una rutina preestablecida para todos los días, desde la mañana hasta la noche en donde vayamos poniendo reglas con límites claros y también ir considerando las variaciones que siempre van a existir pero siempre dentro de la regla. Por ejemplo el horarios del desayuno, comida y cena, la hora de bañarse e ir a la cama, la rutina para preparase para ir a la escuela, el límite de dulces que pueden por día ó a la semana. 

Enseñar a los niños poco a poco el autocontrol y a posponer el placer

Claro que a la mayoría de los niños les gusta más comer dulces que la comida nutritiva que les prepararon sus padres. Y claro que les gusta quedarse viendo sus caricaturas en la tv ó jugando cuando ya es la hora de dormir. Y claro que no se quieren vestir para ir  a la escuela. Por eso mantenerse firme con las reglas de la casa es importante para que vayan aprendiendo y dominando estas reglas básicas é ir avanzando a otras reglas más complicadas. 

Para tener disciplina se necesita decir que NO

En la vida siempre nos vamos a enfrentar a situaciones que no nos gustan y obligaciones que tenemos que cumplir aunque no queramos. Esto aplica sobre todo a los niños y enseñarles a recibir un NO les ayuda a ir aprendiendo hasta donde pueden llegar y les da un rango de acción para aprovechar mejor lo que SI pueden hacer. Cuando un niño aprende lo que esperan de el sus padres, puede aprovechar el resto de su libertad para disfrutar mejor su tiempo. Las reglas nos dan armonía y facilitan nuestra convivencia, en la sociedad y en nuestra casa. 

Las reglas, los límites y la disciplina fomentan la autoestima y la autosuficiencia

Para terminar quiero comentar que como padres queremos educar a nuestros hijos para que logren ser personas con una sana autoestima y que sean autosuficientes y es por esto que hacerles respetar las reglas de su casa y seguir una disciplina genera en ellos las herramientas necesarias para ir escalando los niveles de su educación, para aprender a manejarse en su vida y en la sociedad de manera correcta y poder ser personas exitosas. Todos queremos lo mejor para nuestros hijos y  darles una educación en casa con límites claros y disciplina es el mejor regalo que les podemos dar para ayudarlos a alcanzar sus metas y ser felices. Dar a manos llenas y sin límite no ayuda a aprender a valorar, así como en un Bufete de comida tanto exceso de comida no ayuda a saborear bien uno ó dos platillos.

Los padres podemos amar profundamente a nuestros hijos y al mismo tiempo ser firmes é inculcarles reglas y disciplina, no se sientan culpables cuando les hagan berrinches y les lloren y pataleen porque no quieren seguir las reglas de la casa. El esfuerzo va a valer la pena y les va a dar muchas satisfacciones tanto a ustedes como a sus hijos. 

By Allen Taylor in Unsplash

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *